Si alguna vez has escuchado sobre las aftas bucales y te han bombardeado con información errónea como que son contagiosas e incurables, hoy podrás tranquilizar a tu mente, pues debes saber que las aftas son más comunes de lo que parecen y que son tan inofensivas que en la mayoría de los casos, desaparecen por sí solas.
Y ya que hay tanta desinformación respecto a las aftas bucales, hoy nos dimos a la tarea de explicarte qué son, cuáles son los síntomas y cómo tratar un afta bucal, ¿estás listo? ¡Comencemos!
Las aftas con pequeñas lesiones o úlceras no contagiosas, pero que sí pueden llegar a ser muy dolorosas, se localizan en el interior de la boca, generalmente en zonas blandas como lengua, mejillas y el interior de los labios.
A pesar de no tener una causa específica que las genere, suelen aparecer como consecuencia de [1]:
Con el entendido de que las aftas no tienen una causa clara, y pueden aparecen de manera aparentemente repentina, la Academia Americana de Medicina Oral (American Academy of Oral Medicine) recomienda a quienes padecen aftas de manera frecuente, llevar un registro, en el que fijen su atención cuando aparecen, a las posibles causas que desencadenaron su aparición, logrando de esta manera identificar su causa específica e incluso prevenirla [2].
Debes saber que las aftas son estas úlceras que pueden ser blancas o grisáceas con bordes rojos, que tiene una forma de cráter, pero no son muy profundas. Podemos considerarlas pequeñas lesiones, pues miden no más de un centímetro de diámetro [3].
Dentro de los síntomas, es posible que sientas una especie de hormigueo o la sensación de ardor en la zona en la que aparecerá. Como resultado de esto, brotará, primero, una especie de bulto rojo que, al cabo de un par de días abrirá, dejando una herida (pequeña) abierta dentro de tu boca. [4]
Suele ser un problema pues todos los días podemos intensificar las molestias de la herida a través de la comida que consumimos, produciendo mayor ardor o dolor cuando ingerimos picantes, irritantes, ácidos, etc., incluso alimentos demasiado ásperos o duros, que podrían raspar o rozar la herida y lastimarnos aún más.
Como ya mencionamos, es importante hacer énfasis en que no se trata de una enfermedad contagiosa, sino de una herida que aparece en tu boca, por lo que si te descubres una puedes tener toda la tranquilidad de que desaparecerá al cabo de unos días.
Generalmente no tienen un tratamiento específico, ya que suelen desaparecer por sí mismas al paso de un par de semanas. Sin embargo, puedes reducir el tiempo de eliminación, así como las molestias y síntomas gracias al uso de enjuagues bucales [5] como Vantal® Bucofaríngeo que ayuda a reducir el dolor y la inflamación, así como prevenir infecciones mayores, ya que, dentro de su cuádruple acción, ofrece protección antiséptica.
Recuerda siempre que en caso de que las molestias persistan o si al cabo de un par de semanas, tus aftas no han mejorado o aparecen con demasiada frecuencia, será recomendable acudir a tu médico.
Referencias: