Los piercings son perforaciones que se hacen generalmente en toda la oreja, partes de la boca, en el ombligo y en los genitales, con la finalidad de colocar distintos tipos de ornamentos. Es una práctica que comenzó en las civilizaciones antiguas cuyo origen estaba relacionado a la iniciación de la vida sexual. [1]
En el caso específico de los piercings orales, se sabe que fue parte importante de la cultura hindú, y que los mismos mayas lo aplicaban como parte de su vestimenta y de sus costumbres, al igual que otras civilizaciones importantes. [1]
Actualmente, su uso además de estético tiene diferentes connotaciones para quienes los disfrutan, pero más allá de ser un adorno, tiene severas consecuencias dependiendo de las zonas del cuerpo en qué se coloquen, siendo la que hoy nos atañe, los labios, las mejillas y la lengua.
El piercing oral puede traer serias consecuencias sobre la salud bucal, siendo la más evidente un alto riesgo de infección debido a la perforación en una zona con alta presencia de bacterias, humedad y dificultad de cicatrización en los tejidos. [2]
Los riesgos más inmediatos tras su colocación son: [2 y 3]
A mediano y largo plazo, las consecuencias se vuelven más severas e incluyen retracción de las encías, lo que produce que la superficie dental quede expuesta y puede darse una pérdida de inserción del diente, lo que inevitablemente hará que se caiga, esto se conoce como resección gingival, y es sumamente grave. [2]
Otros impactos tienen que ver con el desgaste por la fricción del metal con el esmalte dental, la acumulación de placa bacteriana, astillamiento, formación de sarro, aparición de gingivitis y periodontitis. [2]
Sin dejar de mencionar que incluir un elemento externo en la cavidad bucal, altera el equilibrio de la lengua y de los dientes, modificando la mordida, ya que las piezas dentales superiores no encajan con las inferiores, a esto último se le conoce como maloclusiones dentales. [2]
Lo ideal es sacarlo y dejar que la zona se recupere antes que causen un problema mayor, sin embargo, si lo anterior no es la opción que se quiere seguir a pesar de los riesgos, se recomienda, establecer comunicación con tu dentista de confianza en caso de cualquier síntoma de infección como dolor, fiebre, escalofríos, inflamación, etc. [3]
Es de suma importancia mantener la zona limpia, y usar enjuague bucal después de cada comida, esto hará que disminuya la cantidad de bacterias alrededor de la perforación y en la boca en general. [3]
Recordemos que Vantal® Bucofaríngeo es más que un enjuague bucal común, ya que tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas, analgésicas y anestésica, lo cuál puede ser un excelente método de disminución de algunas molestías, si las consecuencias de los piercings orales, suceden en el momento más inoportuno y tu dentista no puede atenderte de inmediato.
Si persisten las molestias, consulte a su médico.
Bibliografía: