La estructura de nuestros dientes es mucho más compleja de lo que parece. Por ello, para cuidarlos tenemos que entender cómo se conforma su anatomía y cómo funciona.
Entre las enfermedades bucales con más incidencia en México están la caries y la inflamación de las encías. Como consecuencia de estos padecimientos, los mexicanos sufren de pérdida de piezas dentales, mal aliento, mala digestión y, en ocasiones, se puede complicar hasta relacionarse con infecciones del corazón y de los riñones, según detalla el IMSS.
Vantal® Bucofaríngeo trae para ti el siguiente artículo en donde podrás conocer la estructura de tus dientes y la manera correcta de protegerlos.
La forma más fácil de comprender cómo están conformados nuestros dientes es dividir su anatomía en dos partes principales: la corona y la raíz, esto de acuerdo con la Fundación de la Salud Dental de Irlanda.
La corona es la parte que está por encima de la línea de las encías. Está compuesta de tres capas. La capa más externa es el esmalte, que es la sustancia más dura del cuerpo humano. Por ello, podemos masticar fácilmente la comida.
Los buenos hábitos de cepillado, el uso de hilo dental, las visitas regulares al dentista y evitar alimentos y bebidas azucaradas o ácidos ayudarán a preservar ese esmalte de por vida.
Debajo del esmalte se encuentra la dentina —se parece mucho al hueso—, consiste en tejido vivo calcificado. Contiene túbulos (canales) microscópicos que van desde la pulpa, el núcleo (centro) del diente, hasta el esmalte.
En el núcleo de cada diente se encuentra la pulpa, la cual contiene, entre otras cosas, los nervios que son responsables de la sensibilidad. Por ello, cuando el esmalte se ha desgastado y los túbulos quedan expuestos, se percibe una sensación dolorosa con los alimentos fríos o calientes.
La raíz es la parte larga del diente que se conecta con el hueso de la mandíbula. Mantiene cada diente en su lugar y el tejido de las encías proporciona soporte adicional.
Las raíces son huecas, con canales que unen los nervios y los vasos sanguíneos de la pulpa dental con los sistemas nervioso y cardiovascular del resto del cuerpo.
Ahora ya sabes qué partes componen tus dientes. Para mantenerlos fuertes y saludables es importante tener un régimen de higiene dental diario. Cepilla tus dientes durante 2 minutos 3 veces al día —después de cada alimento––, utiliza hilo dental y visita al dentista al menos 1 vez al año aunque no tengas algún malestar.
Una de las técnicas de cepillado dental que recomienda el IMSS es:
En caso de que tengas molestias en boca y/o garganta, además de acudir con tu profesional de la salud, puedes emplear Vantal® Bucofaríngeo: 15 ml (3 cucharaditas), ya sea puro o disuelto en agua, para gargarismos o enjuague bucal, manteniéndolo en la cavidad oral por lo menos 30 segundos.
Si persisten las molestias, consulte a su médico.